JUAN BENET Y EL CINE
Francisco Benet toma imágenes de cine de su hermano Juan
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El horror de un bidón (Prólogo al
guión de Cría cuervos, de Carlos Saura), sin fecha, aproximadamente 1975
“En la mejor
muestra de su arte que nos ha ofrecido hasta la fecha, Saura ha dirigido su
cincel –recreándose en la limitación del escenario en el enclaustramiento de la
acción- para extraer del bloque marmóreo del tiempo la infantil efigie del
aburrimiento”
- Passolini
y Visconti son unos simples (Entrevista,
1977)
La primera
experiencia de Juan Benet con el arte cinematográfico tuvo lugar en el año
1953. Bardem rodaba a la sazón “Muerte de un ciclista”, película en la que
tenía lugar una secuencia de fiesta flamenca con mucho humo. El humo se
resolvió metiendo a Pepín Bello y a Juan Benet debajo de una mesa con una buena
provisión de "caliqueños" que se fumaron, y cuyo humo exhalaron como verdaderos
condenados.
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“Juan Benet: El
cine de las sábanas blancas”, por Emma Cohen (Entrevista, 1981)
“A mí siempre
me gustaron los “malos”. Me parecieron siempre más expresivos e ingeniosos que
los “buenos”; más locuaces y sardónicos. Tenían que hacer más cosas; lo tenían
todo a la contra y como irremediablemente perdían, le echaban más salero a la
cosa; a mi siempre me ha hechizado el fracaso.”
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La narración
(cinematográfica) de En la
Penumbra (1982)
“La narración
(cinematográfica) se limita al diálogo
entre dos mujeres, en el gabinete de trabajo de una de ellas en su casa de
campo. Es un gabinete amplio, decorado al gusto del primer cuarto de siglo,
sumido en la penumbra”
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Hacia el Sur
(1983)
“Con un viaje
hacia el mediodía, o más bien con sus preparativos y las expectativas que
despierta, se cierra toda una etapa de la vida de la protagonista de “El Sur”
de Víctor Erice. En la pantalla ni siquiera se llega a ver ese viaje que, muy
probablemente, no tendrá vuelta: no en balde la protagonista se lleva consigo
en su pequeña maleta unas pertenencias - el péndulo, el diario - que le
acompañarán toda su vida y de las que podría prescindir si como su familia ha
previsto, se tratara tan sólo de una excursión de breves días para tomarse un
descanso y cambiar de aires. Pero todo invita a pensar que no será así”.
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El aire de un
crimen (1980)
“Había decidido hacer una novela
con mucha trama, con un buen número de personajes, situaciones y conflictos,
situados todos ellos en mi escenario habitual, Región. Era una prueba ante mí
mismo, un ensayo de adaptación de mi estilo a un canon narrativo que
deliberadamente me había apartado en mis anteriores novelas; no así en algunos
cuentos.”
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El aire del aire
de un crimen (1986)
“Si, por lo
general, la obra literaria es cronológicamente anterior a la cinematográfica,
en principio la originalidad estará de su parte. Si, por otra, la película
exige una movilización de recursos y un concurso de artes mucho más complejo
que los de la novela, su perfección será también más difícil de alcanzar.”
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¿Y cuando ella? (1986)
“Pero qué duda
cabe de que el film, como el libro, tiene altibajos y que una vez conocido en
su totalidad tiende a destacar esas dos o tres escenas que llamaron
poderosamente la atención, las únicas que merecen el ejercicio de la
repetición”
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Artículos de
prensa sobre “El aire de un crimen” (1988)
Isasi-Isasmendi convierte
en imágenes la novela de Juan Bene “El aire de un crimen”t:
Antonio Isasi Isasmendi
reconoce que se quedó muy tranquilo cuando Juan Benet, el autor de la novela,
después de ver la película afirmó que le gustaba mucho y que estaba de acuerdo
con la adaptación. El director de cine señala que era una gran responsabilidad
llevar por primera vez al cine un texto de Benet y mucho más, encontrar esa
tierra imaginaria que Benet denomina simplemente Región, donde transcurren sus
historias.
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El punto de
vista (1988)
“En
las numerosas películas sobre la batalla del Atlántico, en cualquiera de las
guerras mundiales, siempre había un momento en que -por lo general por el lado
derecho de la pantalla- aparecía la temible proa de escualo del submarino
navegando en inmersión, envuelto en la azulina transparencia y el insondable silencio de las profundidades
oceánicas.”